Cuando cierras los ojos y pones tu cuerpo en reposo, estás confiando. No hay necesidad de estar alerta. No necesitas estar consciente de lo que sucederá mientras duermes. Tus músculos se relajan y tus pensamientos pasan a otro plano. Tu cuerpo y tu mente descansan. En algunas ocasiones hasta creamos lindas historias en nuestro subconsciente. Lo importante es que has vencido. El día ha terminado y no has sido derrotado. Tu energía se recarga y tu cuerpo y mente se preparan para la siguiente batalla. Entonces, entra un rayo de sol por la ventana. Has sobrevivido. Un día nuevo ha comenzado.
¿Te gustó este post?
Si te gustó por favor ayúdame a llegar a más gente compartiéndolo en redes sociales 🙂
Facebook: Utterly Disclosed
Twitter: @Disclosed_blog
Tumblr: utterlydisclosed.tumblr.com