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Ser madre sin ser esposa es como existir en un limbo en el que hay poco espacio para la empatía y mucho espacio para la hipocresía. No perteneces con las madres/esposas ni con las solteras/no-madres. La carga es demasiada y la llevo en la espalda sin alguien con quien compartirla. Lo que se dice sin palabras duele más que lo que se expresa libremente, y el rechazo se ha convertido en mi mejor compañía. Se me ha despojado del derecho a soñar con ciertas cosas y la justicia se olvida de que no por ser madre se deja de ser mujer. Más de la mitad de las personas que dicen apoyarme no se dan cuenta del dolor que pueden causar con ciertas acciones y comentarios. Hay veces que me siento sola y me pregunto cómo podré salir adelante.

Hoy veo mi vida y me duele saber que no es lo que yo pensé que sería. Hay días en los que mi contexto puede más que mi espíritu y me ahogo en la vergüenza y la culpa. Es difícil mirarme todos los días al espejo y recordarme que no importa si otros no me pueden dar el valor que sé tener, que lo que realmente importa es que nunca me olvide de quién soy y de lo mucho que valgo. Ser madre soltera no me resta valor y tampoco me glorifica. Simplemente mi estatus no cae dentro de lo establecido y eso complica mi vida. Vivo defendiéndome, cuidándome las espaldas. La mayoría de las miradas que recibo son condescendientes o con un tanto de lástima. Difícilmente encuentro ternura y empatía. Se me mira, habla, consuela y aconseja desde un pedestal. Sin siquiera notarlo se me mira como un mal dañado, lo que pudo ser y ya no será.

Duele amar a quien no logra verte más allá de una situación incómoda e inconveniente. “Creo que no es lo mejor para mí”.

Pero nunca pierdo la fe. He tenido la fortuna de conocer personas extraordinarias que me han dado su apoyo incondicional. Este camino es duro, sí, pero todos los días veo a mi hija a los ojos y en ella encuentro la fuerza para salir adelante y mandar al carajo a aquellos que me miran con desdén.

No pretendo hablar por otras mujeres y sé que mi experiencia no es la experiencia universal de la madre soltera, pero espero que en las convergencias logremos vernos con mayor empatía y comprender que se necesita mucho valor para ser madre y padre en una sociedad como la nuestra.

Salud por todas las madres solteras que se parten el lomo por sus hijos. Alcemos la voz, porque no estamos solas.


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2 thoughts on “La madre soltera

  1. Se necesita mucho valor para ser madre y padre. Se sufre, porque aunque seas fuerte duele. Yo fui por un tiempo madre soltera, y creo que puedo enterderte. Al leerte me recordastes esos tiempos dificiles, a los cuales tambien me isieron aprender muchas cosas. Gracias por compartir.
    Anii💚

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  2. Por supuesto que no estás sola. Una mujer valiente, fuerte y poderosa, puede dar miedo, porque no cabe en el estereotipo de “lo femenino” ese ser que para vivir necesita la protección masculina. Los hombres inseguros son intimidados por esa fuerza independiente e indomable que nace de ti. Los hombres seguros de sí mismos, maduros, esos que buscan un ser humano con quien compartir, no una mascota que los espere junto a la puerta y a la cual sacar a pasear de vez en cuando, encontrarán en esa fuerza fascinación y respeto. Excelente filtro.; porque me de clarísimo, tú no quieres ser mascota de nadie.

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