
El monstruo del ático
De chicos nos sentimos aterrados con historias de monstruos y seres malvados. Con el paso del tiempo descubrimos que los verdaderos monstruos viven dentro de nosotros.
De chicos nos sentimos aterrados con historias de monstruos y seres malvados. Con el paso del tiempo descubrimos que los verdaderos monstruos viven dentro de nosotros.
Una persona en una ocasión me dijo que para él, mi amor era como una alberca de pelotas. Hoy recuerdo esta metáfora y me hace pensar que quizá así me siento yo en este momento con la libertad. Ser libre puede ser confortante, pero también aterrador.